Criterios básicos y puntos de partida para la reparación, restauración, o reconstrucción de órganos históricos.

         El órgano como instrumento musical en el mundo occidental, está considerado entre las maquinarias más complejas ideadas por el hombre en toda la historia; hasta el punto que muchos inventos, ingenios, y artificios se aplicaron primero al órgano como obra artesanal y más tarde a la producción masiva de bienes y servicios industriales.

         Con el transcurso de los siglos, y a partir del Renacimiento (siglos XV y XVI), se hizo cada vez más necesaria la puesta en práctica de principios y criterios para su correcto mantenimiento. Tales premisas se vieron afectadas y transformadas frente a los cambios y necesidades expresivas del lenguaje musical en una época determinada. Podemos advertir que en forma paralela al desarrollo de la burguesía en la Edad Moderna, se gestó el concepto de “progresismo”, que se expandiría en los siglos XIX y XX. El órgano y su evolución técnica y estética, se asimiló a este proceso de una manera pragmática, más allá de cualquier otro instrumento musical.
         Frente a estas sendas de evolución progresista, sin embargo, aparecieron las primeras corrientes en defensa del órgano histórico y de no alterar sus características originales. Este movimiento fue liderado a principios del siglo XX por la eminente figura del Dr. Albert Schweitzer, filósofo, organista y médico alemán, que propiciaba un retorno al órgano clásico y barroco de los tiempos de Johann Sebastian Bach (1685 – 1750).
         Desde la década de los años 70’ se ha hecho evidente con mayor énfasis, que la restauración de un órgano debe realizarse de acuerdo al perfil original de cada constructor; en muchos casos debido al deterioro del instrumento se hace imprescindible renovar partes y materiales. Dicha tarea debe hacerse efectiva con la mayor prudencia en los reemplazos, los mismos deben ajustarse estrictamente al modelo histórico o en su defecto a las líneas estéticas imperantes en cada época y escuela.

         Una especial importancia reviste en estos casos el cuerpo sonoro principal del instrumento, constituido por tubos o cañones de aleación metálica y madera. En segundo lugar la transmisión mecánica desde los teclados hacia el interior, que mediante la apertura de válvulas permite el acceso del viento a los tubos. En tercer lugar debemos considerar la producción de dicho aire o viento por medio de fuelles o un medio electromecánico de insuflación.
         
Es justamente dentro de este entorno que debemos considerar las posibilidades de reparación, restauración o reconstrucción de los órganos históricos de Latinoamérica. En general y a modo de guía debemos separar a los órganos coloniales que conservaron el modelo ibérico, de aquellos que ingresaron al continente en tiempos republicanos, luego del proceso de independencia en cada estado y a medida que el desarrollo humano y urbano se fue acrecentando en cada región.
         ¿Qué tiempo debe aplicarse desde la actualidad hacia el pasado para considerar a un órgano como histórico? Debido a la celeridad de las comunicaciones actuales y a la convivencia de múltiples objetos culturales de la sociedad post-modernista, algunas corrientes se inclinan por establecer un lapso de cincuenta años para este fin. En Latinoamérica, en cambio, nos parece más prudente considerar el periodo de cien años, debido a la irregularidad de ciertos procesos, y al retraso en la conquista de otros avances contemporáneos.

         Distinguimos entonces tres niveles de acción sobre los instrumentos, según sea su estado de conservación, con la principal finalidad de devolverles su voz y expresión musical:

Reparación:

consiste en afinación, entonación, limpieza, mantenimiento o reemplazo de partes sometidas a desgaste por el uso normal de cada instrumento.

2º Restauración: se determina cuando una parte importante del instrumento se ha dañado, o abandonado su mantenimiento al paso de los años.
3º Reconstrucción: se lleva a cabo cuando la mayor parte del instrumento ya no existe, y por razones de valoración musical, o histórico - patrimonial se estima necesario su recuperación.

         Una cuarta vía de acción podrá considerarse cuando el estado del instrumento o sus restos impidan cualquiera de las etapas anteriores, y esta consistirá en la simple conservación de los mismos a los fines museológicos o de exhibición. Existen procedimientos específicos y muy claros en este sentido, fruto de la actividad museológica a través de congresos, encuentros, simposios, y exposiciones. En este caso ya no será posible volver a escuchar el instrumento, pero el estudio de los restos del mismo será muy provechoso a los investigadores y musicólogos, propiciando la construcción de réplicas totales o parciales de este órgano.
         En todo este proceso, el técnico – organero ejerce un rol protagónico fundamental, de él depende el éxito final de la obra, no solo en el aspecto estético, sino también en el fónico, es decir, la correcta expresión sonora del instrumento, ajustada a estilo, época, escuela, y en función del recinto acústico que en la mayoría de los casos son templos. El perfil de este artista debe estar enmarcado por una consistente preparación teórica y práctica de su oficio, generalmente se inicia como aprendiz de un maestro constructor, pasando por todas las etapas de la “luthería” en materiales y procedimientos. Consideramos que una experiencia europea es esencial en el desarrollo de esta profesión, al no existir academias ni institutos de formación en Latinoamérica.
         Una reparación, restauración o reconstrucción dirige sus objetivos concretos a la recuperación total del instrumento según su concepción original en estética y fónica. La construcción de un nuevo órgano, en cambio, corresponderá a las necesidades expresivas del lenguaje musical contemporáneo, y a las líneas de tradición genéricas que conforman su estructura integral y funcional.

 

Alejandro Rodriguez J.
Octubre del 2009
 
 
Órgano de San Roque de Punchao
(Caja del instrumento totalmente reconstruida)
 

Órgano de San Roque de Punchao
(Caja del instrumento antes de la intervención)